Hoy es el Día del Ingeniero. Al respecto opinó para Infobae Juan Carlos Romero Moreno, profesor emérito de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral.
Al cumplirse el 162º aniversario de la creación de la carrera de Ingeniería en la Argentina, nuestro país necesita con suma urgencia que más jóvenes argentinos comiencen a inclinarse por esta profesión.
Obras hidráulicas y rutas, pero también la productividad y la competitividad de nuestras empresas. Máquinas de producción nacionales, pero también software nacional. En la Argentina del 2017 hay muchísimo por hacer y los ingenieros, que son claves para este crecimiento, escasean.
Por este déficit, anualmente quedan cinco mil vacantes sin cubrir en la industria del software, según la Cámara del Software y Servicios Informáticos (Cessi). En términos generales, contamos con un ingeniero por cada seis mil habitantes, cuando en Brasil disponen de uno cada cuatro mil y en Alemania, uno cada dos mil, según el Consejo Argentino de Ingenieros (CAI).
En ese sentido, los ingenieros argentinos no sólo tenemos la obligación de aprovechar los acelerados avances de las ciencias y de la tecnología para plasmar en proyectos lo que Argentina hoy requiere: un desarrollo real y duradero en infraestructura, equipamiento de último nivel, desarrollo de hardware y software, etcétera. También debemos despertar las vocaciones de futuras camadas, para que sean cada vez más grandes y capacitadas para encarar este desafío.
Por su parte, las diferentes universidades del país están haciendo importantes esfuerzos por alentar a los jóvenes a comenzar una carrera que no solamente les provea de un futuro razonable, sino que también les permita avanzar en la investigación que genere patentes y conocimientos genuinos y que aporten al desarrollo sostenible de la industria nacional.
Para ello actualmente existe una decisión de las autoridades universitarias de promover la investigación mencionada, la transferencia tecnológica y los estudios de posgrado. Estimamos que el camino adoptado es correcto, debemos seguir preguntándonos permanentemente: ¿Qué más podemos hacer para lograr que estudiantes que terminan su ciclo secundario se interesen por estudiar una carrera apasionante aunque ciertamente dura?
Desde la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral, promovemos actividades motivacionales y gratuitas como la de Ingeniero por un Día. A través de ellas, los alumnos del secundario logran descubrir con mayor profundidad cómo se vive la profesión del ingeniero y cuáles son sus desafíos laborales. Además, se dictan cursos de robótica. La universidad proporciona los materiales y los profesionales para capacitar a los alumnos que competirán dentro de uno de los certámenes de la Liga Nacional de Robótica.
Por otro lado, con el patrocinio de algunas empresas, se imparten cursos en el último año en escuelas de Capital y Gran Buenos Aires. Se dan dentro del Plan Anual de Capacitación Tecnológica (PACT), que busca capacitar a alumnos de escuelas técnicas y públicas. La idea es prepararlos para que emprendan estudios universitarios y brindarles posibilidades ciertas de inserción laboral dentro de la industria.
Al mismo tiempo, es importante incentivar aún más la aparición de emprendedores que desarrollen nuevos productos o servicios para la comunidad. Además de ser generadores de empleo, puede resultar un atractivo interesante para los jóvenes de hoy. La nueva generación busca independencia en su profesión, capacidad de decisión y un desarrollo profesional que esté perfectamente emparentado con sus intereses.
Estimo necesaria una publicidad atractiva sobre las distintas carreras que permita a potenciales alumnos entender qué es realmente la ingeniería y motivarlos a emprender una aventura fascinante y necesaria para nuestro crecimiento.
Con una visión optimista, considero que las oportunidades para la profesión de ingeniero son inmejorables. Tenemos todo por lograr y hoy necesitamos urgentemente que se promocionen las carreras que generen valor. Ese es el caso de la ingeniería.
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