No es un tema religioso, dejemos fuera a las Iglesias, saben demasiado. Que los seres humanos nos matemos no es aceptable, pero hay decisiones personales donde el Estado solo puede educar y no es útil penalizar.
Si resulta absurdo penalizar el suicidio, esto es parecido, estas matando una parte tuya, un ser vivo que depende exclusivamente de su madre hasta que nazca.
Ese Estado que dicta leyes, que nadie con sentido común quiere aplicar, es hipócrita.
El Estado que imagina nuestra diputada Campagnoli, que se hace cargo de prenatales de 21 semanas, es irreal y omnipotente.
Los que piden el aborto libre, sin decir que se está matando a un ser que vive desde la concepción, no dicen toda la verdad. Tampoco es de salud pública, al menos para el ser que muere.
El gobierno que sacó el tema como cortina de humo, de un segundo semestre que no llega, de una crisis financiera que su mala praxis generó, de su manifiesta incapacidad para unir a los argentinos, solo distrae. Pero esta vez, con algo serio.
No es aceptable, que para terminar con la pobreza, se mate a los pobres por nacer.
La realidad es que hay abortos. Que hay quienes mueren por no poder pagarle al doctor cureta o ahora a la inyección. Que el Estado no es capaz de reemplazar a una madre, aunque haya varios prendidos a su teta.
Busquemos formas de defender la vida, pero sin penas agregadas, para quienes deciden algo tan penoso. La mujer no puede ser obligada por el Estado, a ser madre.
El Estado no puede obligar a un médico a matar, ni legalizar el matar.
Si aceptar que no puede penalizar la decisión libre de la mujer, que quiere abortar. Si aceptar, que los médicos que no tengan objeción de conciencia, protejan a la mujer que toma la penosa decisión de abortar.
La propuesta de Marcela Campagnoli la replantearíamos así:
Hacer una ONG que reciba padres que quieren adoptar y paguen la manutención de la embarazada, que no se siente capaz de criar a su hijo, y un monto que acuerden por contrato.
Dejen al Estado de lado y que solo sirva para resolver los problemas contractuales que el tema genere.
Recordemos algo de la sabiduría que acumula la Iglesia.
Santa Teresa de Calcuta intervino en el Desayuno de Oración Nacional que se celebra cada año en Washington (Estados Unidos). Fue el 3 de febrero de 1994 ante la clase dirigente estadounidense, estaban el entonces presidente Bill Clinton, la primera dama Hillary Clinton, el vicepresidente Al Gore y su esposa y otras grandes figuras políticas que no estaban de acuerdo con ella, la religiosa de origen albanés se refirió al aborto como una amenaza para la paz: 'El país que acepta el aborto no está enseñando a su pueblo a amar sino a aplicar la violencia para conseguir lo que se quiere. Es por eso que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto'.
La ONG mencionada, podría llevar como nombre otra frase de Santa Teresa de Calcuta en aquel desayuno: 'si alguno no quiere un hijo, dénmelo, yo sí lo quiero'.
Discurso completo de Santa Teresa de Calcuta.
Notas relacionadas:
'Austral Debate' sobre la legalización del aborto. Importante aporte.
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