Escribió Nicolás Wiñazki, el sábado en el diario Clarín, que 'Clarín pudo saber, de acuerdo a testimonios e incluso a documentación al respecto, que más de doscientos socios del Tortugas Country Club, donde el silencio y la discreción suelen ser los criterios que más pesan, aun con vecinos de pasado sospechoso, le? pidieron a las autoridades del club que denieguen a Ballestero su ingreso como socio adherente del country. Lo hicieron por escrito y firmando ese reclamo con sus nombres y apellidos.'
'Clarín reveló que este magistrado federal había alquilado una vistosa residencia de dos plantas, galerías, jardín y pileta, ?ubicada ?frente a uno de los laterales de la cancha de polo ?en el barrio cerrado más antiguo ?del país, el “aristocrático” Tortugas Country Club. Ballestero pagó dos años de alquiler por adelantado para poder residir en esa propiedad.'