El juez federal Adrián Charvay se niega a unificar las causas por reducción a la servidumbre y explotación infantil contra la empresa, involucrada en el deceso de un chico de seis años.
El poder es impunidad. Esto queda claro en el caso de la mayor empresa productora y exportadora de huevos en Argentina. Es que la impunidad de la empresa Nuestra Huella S.A. denunciada por trata de personas, esclavitud y explotación de niños no termina de desmoronarse. No pudo ni siquiera el escándalo nacional por la muerte de un niño de seis años, Ezequiel Ferreyra, filmado cuando tenía cuatro años recolectando huevos en un inmenso galpón con miles de gallinas, pisando descalzo el guano de las aves y reconociendo él mismo que manipulaba veneno.